Análisis de los cuatro informes correspondientes a cuatro grupos de
clase:
Caso 1. Nos
encontramos con un aula numerosa de 64 alumnos de 2º ESO con edades en torno a
los 14 años. Aunque se identifican situaciones de buena relación entre algunos compañeros,
también se detectan casos de victimización de tipo pasivo, es decir, falta de habilidades
sociales, retraimiento, timidez, personalidad vulnerable, baja autoestima… La alumna 16, a la que se entregará el test que aún no ha realizado, muestra un porcentaje bajo de acoso aunque habrá que analizar si puede considerarse víctima de bullying. La alumna 34 sufre aislamiento, rechazo e insultos, con un número de testigos que opinan que sufre situaciones de maltrato.
Apenas tienen amig@s en el grupo por lo que se siente indefensa, muy pasiva y sin
capacidad de reacción para protegerse de las agresiones. El alumno 26 es
rechazado e insultado. No destaca por nada especial pero su timidez le hace ser
vulnerable. La alumna 53, sin embargo, muestra un perfil diferente ya que tiene
aceptación por parte de algunos compañer@s y muestra una actitud activa. Sería motivo
de una mayor profundización para detectar si es víctima o no de acoso ya que se
muestra una incongruencia entre lo que percibe como bullying por parte de sus
compañeros y la declaración de éstos en los informes. Se tomarán en cualquier
caso y con urgencia las medidas de intervención necesarias siguiendo el
protocolo que tiene como finalidad modificar la situación y evitar la
victimización o acoso escolar.
Caso 2. Nos
encontramos con un aula de 28 alumnos con edades medias de 11 años, por lo que
se trata de un curso de 6º de Educación Primaria. No es un grupo conflictivo,
con relación buena entre ellos, a excepción de la alumna 24, que manifiesta no
tener amig@s por lo que se encuentra aislada y sufriendo situaciones de
agresión verbal e incluso física. Es conveniente que ejercite estrategias de
autocontrol ante su personalidad agresiva e impulsiva así como de habilidades
sociales. Se tomarán con urgencia las medidas de intervención necesarias siguiendo
el protocolo que tiene como finalidad modificar la situación y evitar la
victimización o acoso escolar.
Caso 3. Este grupo,
con alumnos en edades en torno a los 12
años, declara tener buena relación entre ellos con un ambiente relajado y que
permite trabajar de manera positiva en el aula. Sin embargo, tres de los 29 que
forman el grupo, concretamente los números, 25, 17 y 7 han sido rechazados como
compañeros de mesa por un número significativo de alumnos por lo que se deduce
que sufren una situación de rechazo o aislamiento, no así de acoso al no darse
situaciones intimidación, agresión o maltrato físico ni verbal, ni de
humillaciones que, en principio, lleven a pensar en actitudes graves de
bullying. Se tomarán en cualquier caso y con urgencia las medidas de
intervención necesarias siguiendo el protocolo que tiene como finalidad
modificar la situación y evitar la victimización o acoso escolar.
Caso 4. Grupo de
31 alumnos en torno a los 15 años, con buen clima de estudio y de compañerismo
pero con un alumno, el número 3, que presenta cierto aislamiento, solo un amigo
y comienza a recibir conductas agresivas. Muestra cierta timidez y actitud
pasiva ante las agresiones, ya que, según los testigos, se defiende algo mal
aunque discute bastante. Sus compañeros le perciben como bastante diferente por
lo que es objeto de rechazo. Se tomarán en cualquier caso y con urgencia las
medidas de intervención necesarias siguiendo el protocolo que tiene como
finalidad modificar la situación y evitar la victimización o acoso escolar.
INFORME MÓDULO 2
CASO 1. SITUACION DE VICTIMIZACION DE TIPO PASIVO
Una vez revisados
los casos correspondientes a cuatro grupos de clase, he decidido optar por analizar
con detenimiento el informe 1, ya que corresponde a alumnos de 2º ESO con
edades medias de 14 años, a los que imparto clase al ser profesora de Educación
Secundaria.
Descripción de la situación
Nos
encontramos con un aula numerosa de 64 alumnos de 2º ESO con edades en torno a
los 14 años. Aunque se identifican situaciones de buena relación entre algunos compañeros,
también se detectan casos de victimización de tipo pasivo, es decir, falta de habilidades
sociales, retraimiento, timidez, personalidad vulnerable, baja autoestima y
falta de reacción o de defensa a las situaciones de agresión.
Análisis de los resultados
El Sociograma
de este grupo nos revela que bastantes alumnos están integrados con niveles
de relación positiva y de reciprocidad. Parece
haber buen ambiente de trabajo y muchos piensan que no se dan conflictos en el
aula, con un ritmo tranquilo y organizado.
A partir del
uso de la herramienta Socioescuela, vemos que hay 4 alumnos, 3 de ellas
alumnas, en situación de riesgo de bullying (26,34,53,16) y cinco prosociales (51,21,1,41,12)
que muestran un alto grado de aceptación, considerándoles compañeros amables,
respetuosos y dispuestos a ayudar, por lo que se tendrán en cuenta a la hora de
una intervención de “ayuda entre iguales”.
La alumna 16, a la que se entregará el test que aún no ha realizado, muestra un porcentaje bajo de acoso aunque habrá que analizar si puede considerarse víctima de bullying. La alumna 34 sufre aislamiento, rechazo e insultos, con un número de testigos que opinan que sufre situaciones de maltrato. Apenas tienen amig@s en el grupo por lo que se siente indefensa, muy pasiva y sin capacidad de reacción para protegerse de las agresiones. No destaca por nada especial
pero su timidez le hace ser vulnerable. La alumna 53, sin embargo, muestra un
perfil diferente ya que tiene aceptación por parte de algunos compañer@s y
muestra una actitud activa. Sería motivo de una mayor profundización para
detectar si es víctima o no de acoso ya que se manifiesta una incongruencia
entre lo que percibe como bullying por parte de sus compañeros y la declaración
de éstos en los informes.
En todos los
informes destaca la declaración de los testigos, quienes indican que ignoran el
motivo de las agresiones, pero un posible desencadenante y origen del acoso es el
hecho de considerar a los compañeros acosados raros y diferentes a los demás, de
una personalidad retraída o baja autoestima. Por otra parte, es grave el hecho
de la reiteración de las conductas, ya que todos, sobre todo la alumna número53,
manifiestan llevar sufriendo esta situación un periodo largo de tiempo, de
varios meses a más de dos años.
Aunque en ninguno de los casos se da acoso
físico (acciones o agresiones físicas ya sean patadas, peleas, zancadillas,
tirones de pelo…) sí es obvio el acoso psicológico que se manifiesta con
acciones verbales (insultos, burlas, motes) y no verbales (gestos groseros,
desprecios, ignorancia, aislamiento, envío de notas ofensivas, etc.)
Debido a que
hay intención de hacer daño, reiteración de las conductas y desequilibrio de
fuerzas con una desigualdad de poder entre una figura fuerte y otra más débil,
la víctima, se tomarán con urgencia las medidas de intervención necesarias siguiendo
el protocolo que tiene como finalidad modificar la situación y evitar la
victimización o acoso escolar. La intervención debe ser siempre conjunta entre padres,
profesores y profesionales de la psicología para poder abordar el caso desde
diferentes perspectivas y el resultado sea el óptimo.
Propuesta de intervención
Se seguirá
el protocolo diseñado para guiar las actuaciones de los centros en caso de
indicios de acoso escolar. Para ello, los pasos a seguir serán los indicados a
continuación:
Tras la
notificación al director del Centro de los hechos o indicios susceptibles de ser
considerados acoso escolar y tras su comprobación, se tomarán los datos de las
personas implicadas, desarrollándose un plan de intervención que tendrá un
seguimiento y será evaluado de forma periódica. Tanto el tutor como los
profesores del grupo seguirán el plan de intervención.
Comunicación
a las familias implicadas, tanto de los acosadores como de los acosados, de las
actuaciones y de los pasos que se van a seguir.
Se acordarán
las medidas disciplinarias sancionadoras con los alumnos acosadores.
Comunicación
a la Fiscalía de Menores y envío del informe a la Dirección de Área Territorial
correspondiente.
En el acoso
hay tres protagonistas: el acosador, la víctima y los espectadores, por lo que
debemos dirigir las medidas educativas hacia los tres. A la víctima para apoyarla,
al acosador para hacerle cambiar de conducta y a los espectadores para que
se den cuenta de que pueden influir poderosamente en que esos hechos no sucedan.
El Plan de
intervención se abordará, por lo tanto, desde varios frentes o campos:
Acosad@s: se adoptarán
medidas de protección, sobre todo con las alumnas 26, 16 y 34, consideradas víctimas muy pasivas y
con pocas o ninguna estrategia para defenderse de sus agresores. Están
indefensas por lo que deben evitar
situaciones de riesgo, como comunicarse desprotegid@ mediante redes sociales,
transitar sólo/a por lugares del Centro poco vigilados, etc Le aconsejaremos
que cuando esté en contacto con sus agresores y no haya profesor, no esté sól@,
y mejor si está compañad@de un prosocial. Conviene reforzar su autoestima, ayudándoles
a que no se sientan víctimas ni se autoinculpen por no ser aceptados por
algunos compañeros. Se puede facilitar que las víctimas puedan denunciar su
situación mediante un buzón virtual.
Acosador@s: Es necesario que las normas sean claras, firmes y coherentes y atajar las
actuaciones de violencia de manera contundente, por lo que se les
comunicará a los agresores que bajo ningún concepto se les permitirá continuar
con actuaciones que sean calificadas de vejatorias y de acoso hacia compañeros.
En caso de persistir en estos comportamientos inaceptables, se adoptarán las
medidas correctoras correspondientes.
Intentaremos que tomen conciencia
de la gravedad de sus actos y de las negativas consecuencias que dichas
actuaciones provocan a las víctimas. Les propondremos participar en cursos de
inteligencia emocional para trabajar con
ellos habilidades sociales como la empatía.
Grupo de clase: En Finlandia, el gobierno
ha puesto en práctica con éxito un programa denominado kiVa por investigadores de la universidad de Turku. A diferencia de otros programas, KiVa se centra en el grupo, en el que están también los espectadores, que con su pasividad, dan el mensaje de que no está pasando nada grave, con lo que se convierten en colaboradores del agresor. No solo hay que cambiar la actitud de la víctima para que sepa protegerse de actitudes violentas, sino influir en los testigos. Si se consigue que no participen en el acoso, eso hace cambiar la actitud del acosador.
Otra medida es cambiar la
distribución espacial de la clase para colocar a la víctima cerca
de alumnos prosociales y lo más alejada posible de los supuestos
acosadores.
Uno de los procedimientos educativos
que pueden ayudar a prevenir la exclusión y, por lo tanto, la violencia en las
aulas, es el aprendizaje cooperativo en equipos heterogéneos. Este método puede
ayudar a: adaptar la educación a la diversidad, desarrollar la motivación de
los alumnos por el aprendizaje, mejorar la cohesión del grupo y las relaciones
dentro de éste, y distribuir las oportunidades de protagonismo académico.
El uso de múltiples recursos como
los videos, conferencias, lectura de textos… En este ámbito, los principales
agentes formadores de alumnos son Tutores: sesión semanal con el grupo alumnos,
de acuerdo con actuaciones planificadas o desarrollo de programas específicos. También
desempeñan un papel importante la Policía Nacional, Policía Municipal o
Guardia Civil a través de las charlas o talleres que se imparten en los
centros. Es importante que la información que se aporta a los alumnos en estas
charlas sea objeto de trabajo posterior en tutoría para la reflexión y
asimilación de contenidos, así como para la organización de buenas prácticas,
concursos, carteles y actividades de tutoría (debates, visionado de vídeos,
realización de fichas o role playing), que den continuidad a la información
facilitada.
Padres del acosado: la colaboración del centro educativo y las familias ha de ser estrecha y es
importante que los padres comuniquen a sus hijos que están dispuestos a
ayudarle y que no intente contraatacar al acosador. Los padres tienen la
responsabilidad de demostrar esa confianza, de que se puede contar con ellos en
cualquier situación, lo más importante es la comunicación, sin que culpabilicen
a sus hijos ni a sí mismos de la situación de acoso.
Padres de acosadores: Los padres/tutores deben dar ejemplos positivos en su forma de relacionarse
con otras personas y con sus hijos. Debemos ayudar a los padres de alumnos
acosadores a detectar problemas de autoestima: a menudo, los niños con
problemas de autoestima acosan a otros para sentirse bien consigo mismos. Incluso
los niños que gozan de cierta popularidad y aceptación pueden tener tendencias
crueles. Los padres deben evitar y castigar el comportamiento cruel de sus
hijos hablando con ellos acerca de sus actitudes de agresividad. Es posible que
sus hijos estén confrontando problemas para comprender los signos sociales, e
ignoren el daño que están haciendo. Quizás sería importante que los padres
recuerden a sus hijos que intimidar a otros puede acarrear consecuencias de
índole jurídica.
Seguimiento de la intervención
Sería necesario fijar un plazo para
saber los resultados así como llevar a cabo una reunión mensual de seguimiento
para evaluar y analizar el grado de eficacia del plan de intervención.
Se procederá a realizar entrevistas
con los alumnos agredidos para valorar su nivel de integración, su situación
emocional, su adaptación social y sus resultados académicos, que sin duda también
se han visto afectados por las situaciones de tensión y acoso sufridos. El papel
del tutor y del orientador son básicos durante todo el proceso para ofrecer el
apoyo que necesitan los alumnos agredidos y derivándoles, en caso necesario, a
profesionales externos que les ayuden a aumentar su confianza en sí mismos y
ser más exitosos tanto en el aspecto social como en el académico. Asimismo, y
de forma paralela, se establecerán reuniones y entrevistas con los alumnos agresores
para comprobar si sus conductas se han rectificado o persisten en ellas. Es
importante la entrevista con los alumnos prosociales del grupo de clase
para que nos cuenten como ven ellos la relación entre la víctima y los
acosadores. Finalmente, se comprobarán si los acuerdos establecidos y las
pautas de actuación planteadas han dado resultado y la situación general del
grupo ha mejorado, pudiendo repetir el test socioescuela para compobar la
eficacia de las medidas adoptadas.
Conclusión
La prevención y erradicación del
acoso escolar consiste en el compromiso de crear un ambiente seguro, en el que
los niños puedan progresar social y académicamente sin sentir temor.
Es importante en este sentido
incrementar las actuaciones de información, formación y sensibilización
dirigidas a todos los alumnos.
Cuando dejamos de buscar culpables y
trabajamos desde la identificación de responsabilidades compartidas, se abre un
camino de construcción diferente, con excelentes resultados. Se trata de buscar herramientas que nos lleven no solo a la resolución de casos concretos de bullying sino de construir propuestas educativas que llevan a la resolución prematura de las situaciones de acoso y violencia en la escuela.
Me parece bien estructurado y tocas todos los elementos pero pienso que deberías matizar o concretar con ideas el meTodo Kiva, ya que se queda en una idea sin desarrollar, dando por sentado que todo el mundo lo conoce
ResponderEliminarBuen trabajo
Hola José. Te agradezco tu comentario y consejo. No quería profundizar en el método KiVa para que el informe no fuera muy extenso, pero dejo dos enlaces sobre este programa por si tú o más compis estuvieran interesados en él. Muchas gracias de nuevo.
Eliminarhttp://www.kivaprogram.net/ssc-en/news/el-programa-kiva-como-m%C3%A9todo-de-prevenci%C3%B3n-del-acoso-escolar
www.kivaprogram.net/media