METODOLOGIAS
ACTIVAS EN EL AULA
Estrategias para el aula y grupo de alumnos. El aula
es el escenario clave de intervención ya que están los protagonistas del
bullying y el resto del grupo que observan y perciben lo que está pasando; los
espectadores son elementos clave a los que hay que dirigir las acciones
preventivas ya que van a ser las primeras personas en detectar que está
ocurriendo y por tanto deben ser las primeras personas en iniciar las
actuaciones de ayuda.
Aprendizaje
basado en proyectos
El aprendizaje basado en proyectos (ABP)
es una metodología que permite a los alumnos adquirir los conocimientos
y competencias clave en el siglo XXI mediante la elaboración
de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real.
Los alumnos de hoy en día no
necesitarán una infinidad de información en su memoria, sino que lo que
realmente se valorará y les hará ser competentes, será
la capacidad de resolver problemas, ser creativos, innovar, tomar decisiones,
trabajar en equipo, y un largo etcétera que poco tienen que ver con saber
datos, fechas y otros contenidos vacíos de significado para ellos.
Evidentemente, este tipo de
habilidades, no se desarrollan con los métodos que hasta ahora se han venido
utilizando, y por ello es necesario un cambio en las aulas, un cambio en el que el alumno
sea el protagonista de su aprendizaje, y donde el maestro
haga de guía y se preocupe de cómo aprende el alumno, en vez de cómo enseñar
mejor.
¿Qué
queremos enseñar?
Los docentes debemos seleccionar muy bien los
contenidos a la hora de diseñar un proyecto o tópico generativo. Deben ser
contenidos abarcadores, motivadores y
que provoquen conexiones con anteriores aprendizajes y sobre todo relacionados
con situaciones de la vida de los alumnos, algo cercano.
Es evidente que seleccionar bien
los contenidos a trabajar es clave, pero no tendría demasiado sentido trabajar
los contenidos si no sabemos qué es lo que realmente queremos que los alumnos
desarrollen, qué competencias (aprender a aprender, sentido de la iniciativa,
comunicación en diferentes lenguas, matemática y científica, expresión
cultural,…) o qué habilidades de pensamiento queremos que consigan a
través de esos contenidos.
¿Cómo lo queremos enseñar?
El “cómo” es la parte en la que los
alumnos deben poner en práctica todo lo anterior. Hasta ahora se vienen
realizando actividades que solo medían contenido, pero a través de los
desempeños (actividades que conllevan pensamiento), se consigue proponer
escenarios en los que los alumnos son quienes tienen que pensar y poner en
práctica sus conocimientos en contextos diferentes para ir avanzando en su
proceso de aprendizaje.
¿Cómo puedo saber yo como docente
lo que está pensando mi alumno y si está adquiriendo las habilidades de
pensamiento que me he propuesto trabajar? Aquí sería donde las teorías y
herramientas del “Visible Thinking” lideradas por David Perkins y
el ‘Proyecto Zero’ de
la universidad de Harvard cobran su verdadero sentido.
Las rutinas y destrezas de
pensamiento son desempeños que junto a las fuerzas culturales
desarrolladas por Ron Ritcchart, deben darse en el aula y en las
organizaciones, ya que generan una cultura de pensamiento. De esta
manera se logra que el pensamiento se haga visible y por lo tanto, contribuye
a que los estudiantes sean conscientes de sus pensamientos (metacognición) y
a su vez, se convierte una herramienta para que los profesores puedan valorar
los avances en las habilidades desarrolladas por sus alumnos.
Y no solo eso, a la hora de diseñar
los desempeños, sería ideal poder hacerlo teniendo en cuenta las Inteligencias múltiples (H. Gardner) y
garantizarnos así, que la información que queremos, llegue por diferentes
canales a los alumnos, fomentando sus
inteligencias más fuertes y colaborando a desarrollar las más débiles.
La evaluación
Una evaluación consiste
en juzgar algo y calificarlo, la valoración, por el contrario, valora algo
y ofrece retroalimentación y propuestas de mejora, para que el propio estudiante establezca planes de mejora y
de esta manera, sea consciente de los aspectos en los que debe mejorar y en
definitiva, hacer realidad esa frase tan utilizada que recalca que el alumno
debe ser el protagonista de su propio aprendizaje.
En este proceso, herramientas como
rúbricas para la autovaloración, escaleras de retroalimentación (alumno-alumno
o maestro- alumno) o escalera de metacognición (habilidades de pensamiento),
nos resultan muy útiles, ya que los alumnos tienen visible los objetivos y
comprensiones a conseguir y pueden contrastar sus logros y establecer planes de
mejora.
En definitiva, al trabajar por
proyectos o tópicos, se consigue llegar al alumno desde la manera que él
aprende y no tanto desde la manera que nosotros enseñamos. También, nos
dan la oportunidad de ofrecerles los contenidos necesarios a través de algo
motivador, participativo, que fomenta el
trabajo en equipo y la creatividad y que además, ofrece espacios para la reflexión personal, ayudándoles así a
crecer como estudiante y sobretodo, como personas.
Aprendizaje
cooperativo
Uno de los procedimientos educativos que pueden
ayudar a prevenir la exclusión y, por lo tanto, la violencia en las aulas, es
el aprendizaje cooperativo en equipos heterogéneos. Este método puede ayudar a:
adaptar la educación a la diversidad, desarrollar la motivación de los alumnos
por el aprendizaje, mejorar la cohesión del grupo y las relaciones dentro de
éste, y distribuir las oportunidades de protagonismo académico. El
trabajo en equipo es mucho más que eso, es cooperar unos con otros para
aprender juntos y potenciar los resultados del aprendizaje.
El aprendizaje cooperativo
es, por tanto, una estrategia didáctica que parte de la organización de la
clase en pequeños grupos donde los estudiantes trabajan de forma coordinada para resolver tareas académicas
y desarrollar su propio aprendizaje. En el aprendizaje cooperativo las
actividades se diseñan teniendo en cuenta cinco
aspectos:
·
interdependencia positiva,
·
exigibilidad individual,
·
interacción cara a cara,
·
habilidades interpersonales y de trabajo en grupo, y
·
reflexión del grupo.
Una tarea de grupo tiene
interdependencia positiva cuando todos los miembros del grupo son necesarios
para realizarlo con éxito. Una tarea tiene exigibilidad individual cuando cada
uno de los miembros del grupo tiene que rendir cuentas no sólo de su parte del
trabajo sino también del trabajo realizado por el resto del grupo.
El estudiante no aprende
solo. Aunque tenga que realizar tareas individualmente, éstas forman parte de
un trabajo en grupo que hay que coordinar, planificar y evaluar. Al realizar
las tareas, las decisiones se toman en grupo, y todos son responsables tanto de
las tareas parciales asignadas a cada uno como del resultado final del trabajo
completo, independientemente de la parte realizada por cada uno. Todos los
miembro del grupo deben cumplir los objetivos de aprendizaje marcados, y la
evaluación individual está condicionada en parte por la consecución de este
logro del grupo, lo cual da lugar a una cooperación mutua en la que se ayudan
unos a otros.
El aprendizaje cooperativo,
por sus características, se puede utilizar de forma aislada, o ser combinada
con otras metodologías como ABP o MdC (método del Caso)
Las TIC ofrecen nuevas oportunidades para introducir
el aprendizaje cooperativo en el sistema de enseñanza, sobre todo a distancia,
gracias a la gran variedad de posibilidades que brindan diversas herramientas
tecnológicas, que facilitan la interacción entre pares.
En este sentido, los entornos virtuales de aprendizaje
favorecen y potencian la producción y distribución social del conocimiento,
sobre todo a partir de algunas estrategias o espacios para el trabajo
cooperativo, como pueden ser: los foros (espacios de comunicación
multidireccional asincrónica), las salas de chat (multidireccional sincrónico),
el correo electrónico (bidireccional asincrónico), y los documentos de trabajo
en colaboración asincrónica y sincrónica (Ej.: Google Docs).
Flipped
classroom
El Flipped Classroom (FC)
es un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados
procesos de aprendizaje fuera del aula y utiliza el tiempo de clase,
junto con la experiencia del docente, para facilitar y potenciar otros
procesos de adquisición y práctica de conocimientos dentro del aula.
Sin embargo, “flippear” una
clase es mucho más que la edición y distribución de un video. Se trata de un
enfoque integral que combina la instrucción directa con métodos
constructivistas, el incremento de compromiso e implicación de
los estudiantes con el contenido del curso y mejorar su comprensión conceptual.
Se trata de un enfoque integral que, cuando se aplica con éxito, apoyará
todas las fases de un ciclo de aprendizaje.(Taxonomía de Bloom)
Cuando los docentes diseñan
y publican una “en línea”, el tiempo de clase se libera para que se
pueda
facilitar
la participación de los estudiantes en el aprendizaje activo a través de preguntas,
discusiones y actividades aplicadas que fomentan la exploración, la articulación y aplicación de
ideas.
Jonathan Bergmann y Aaron
Sams, dos profesores de química en Woodland Park High School en Woodland Park
Colorado, acuñaron el término “Flipped Classroom”. Bergmann y Sams se dieron
cuenta de que los estudiantes frecuentemente perdían algunas clases por
determinadas razones (enfermedad, por ejemplo). En un esfuerzo para ayudar a
estos alumnos, impulsaron la grabación y distribución de video, pero
además, se dieron cuenta que este mismo modelo permite que el profesor
centre más la atención en las necesidades individuales de aprendizaje de cada
estudiante.
Muchos modelos similares de
instrucción se han desarrollado bajo otras denominaciones. Instrucción
Peer (PI) fue desarrollado por el profesor de Harvard Eric Mazur, e incorpora
una técnica denominada ”enseñanza just-in-time” como un elemento
complementario al modelo FC. “Enseñanza Just-in-time” permite al profesor
recibir retroalimentación de los estudiantes el día antes de la
clase para que él puede preparar estrategias y actividades para centrarse
en las deficiencias que puedan existir en los estudiantes en la
comprensión del contenido. El modelo de Mazur se centra en gran medida de la
comprensión conceptual, y aunque este elemento no es un componente necesario
del FC, tiene unas claras y cercanas connotaciones.
En resumen, la
innovación educativa que supone este modelo aporta como principales beneficios los siguientes:
- Permite a los docentes dedicar más tiempo a
la atención a la diversidad.
- Es una oportunidad para que el profesorado
pueda compartir información y conocimiento entre sí, con el alumnado,
las familias y la comunidad.
- Proporciona al alumnado la posibilidad de
volver a acceder a los mejores contenidos generados o facilitados por sus
profesores.
- Crea un ambiente de aprendizaje
colaborativo en el aula.
- Involucra a las familias desde el inicio del proceso de aprendizaje.
Incluyo
el enlace a través de vídeo explicativo de este método innovador.
Los tres tipos de metodología analizados me parecen
muy interesantes y creo que todos ellos podrían aplicarse en mi Centro
Educativo con resultados realmente positivos. Estas estrategias conciben el aprendizaje como un proceso constructivo y no receptivo. Una de las razones principales para
pasar a metodologías activas es un deseo de proporcionar a los estudiantes una
comprensión más profunda. En muchos casos simplemente recuerdan lo que
necesitan saber para el examen y no logran establecer conexiones entre los
cursos. Las investigaciones han demostrado que los estudiantes retienen muy
poco de lo que se les enseña en un formato de conferencia tradicional así que
estas metodologías activas ofrecen una alternativa atractiva a la educación convencional
al hacer más énfasis en lo
que aprende el estudiante que en lo que enseña el docente,
y esto da lugar a una mayor comprensión, motivación y participación del
estudiante en el proceso de aprendizaje.
Todas ellas están
encaminadas a mejorar la convivencia en el aula y prevenir la violencia escolar.
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